Nos califican de pacientes, así nos comprende la medicina occidental. Pacientes y pasivos frente a la enfermedad. La forma de tratar las patologías es inhibiendo la sintomatología. O atacando al factor patógeno. No entiende que como nos enfermamos desde lo que sentimos, tenemos la misma capacidad de sanarnos. Para mí la manera es fortaleciendo al creciente emocionalemte e inmunológicamente , energéticamente, comprendiendo porque hay una deficiencia o un exceso . Yo creo en que la actitud activa del creciente, como a mí me gusta que me llamen, como los llamo, hace que la cura sea efectiva. Yo trabajo desde una actitud de escucha, y no solo de oreja, sino de escuchar lo que cuenta el cuerpo que muchas veces no es lo mismo que me trasmite el creciente en palabras.
Estamos solos y desamparados, faltos de amor, y de muestras de él. En ocasiones no tenemos las herramientas personales para llevar solventar los problemas que se nos prensentan, o no sabemos que las tenemos. Tantas veces, mis crecientes se sienten reconfortados con ser contemplados, comprendidos en sus aflicciones. Muchas veces de escucharse encuetran solos la solución de los conflictos. Estoy convencida de que se empieza a sanar cuando se tiene voluntad de ello. De nada va a servir la mejor actitud de mi parte si mi creciente no está predispuesto a soltar la enfermedad. Así el proceso terapéutico empieza cuando desde contemplarnos, nos conciben crecientes.
Trabajo desde reconectar al creciente con su cuerpo, con la zona de dolor, indago en las razones de las cargas musculares, o limitaciones motoras. La mayor parte del tiempo no escuchamos lo que de varias maneras nos cuenta la maquina perfecta que somos. Nos sobrecargamos mentalmente, emocionalmente, energéticamente nos quedamos deficientes, y así se transfiere a lo musculo esquelético, además de que estas cargas se reflejan en todo nuestro organismo.
Muchas veces, empiezo un masaje, y el creciente va descubriendo zonas de carga o de dolor que no sabía que tenía. Muchas veces es mas fácil deshacerse de la carga de lo que se imaginaba.Gracias a Javier que un día me ayudó a comprender esto, desde aquel día todo ha cambiado.
Gracias! así se construye otro mundo, ayudandonos a recuperar nuestro poder, nuestra autonomía, acompañándonos en el camino para re-encontrarnos con nuestras sombras y raices sin hacer por nosotros el camino, ni fórmulas mágicas que nos empobrecen como seres humanos. Gracias por vincularte desde la absoluta confianza en la capacidad del otro; en relaciones horizontales; siendo escucha, presencia y compañía sin menoscabar nuestro poder
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